Si hay algo que me levante interés
y pasión es poder contemplar la Semana Santa del pasado con el color que tanto
la fotografía y el video o cine nos convirtió en una realidad tintada del
famoso blanco y negro. ¿De verdad que nunca se han puesto a imaginar la vida
juvenil de nuestros abuelos o bisabuelos y no alcanzan a imaginarlos con la naturaleza
que durante siglos solo nuestros ojos nos han podido dar? A mí por lo menos si
me ocurre que incluso lo veo en mi mente con la escasa calidad y difuminado de
aquellas primeras fotografías. Por ello cuando descubrí la coloración digital,
algo en boga en nuestros días me decidí a colorear una porción de mi pasado más
directo. En el tema del video pues hay películas incluso en color, pero a mi parecer
ninguna al alcance del video que les adjunto, que encontré a través de las
redes sociales, grabado por el amigo Lucas Sánchez Galdón del mismo televisor
donde se nos muestras escenas de la semana santa de Sevilla con una nitidez que
me ha hecho saborear la realidad de unos años donde seguramente mis padres tendrían
la edad de los jóvenes nazarenos de San Bernardo que aparecen. La Semana Santa de
Sevilla puede gozar de un rico patrimonio desde hace tantos años que a muchos
no les impactará muchas imágenes, como ver al crucificado de la Salud tal como
lo vemos hoy día aunque con el monte de clavel algo más largo que los tupidos
de hoy día, incluso con cierto movimiento.
Tienen que ser los años sesenta
porque la filmación comienza con la salida, complicada salida del palio de San
Esteban con las bambalinas aun sin bordar, con la alegría desbordada tras lograr
la complicada maniobra entre capataces y nazarenos azules donde destacan los
famosos “grises”, la policía nacional del franquismo. Una escena del ejército
tocado por el casco, entonces supongo que bastante más presente que en nuestros
días por la influencia estatal del momento que me recuerdan las fotografías de
las fiestas de mi pueblo de aquellos tiempos, los que nos traen a la Piedad del
Baratillo a los sones de bandas de cornetas más militares, mucho más alejadas
de las marchas de cornetas y tambores actuales, lo que me hace comprender cómo
los de aquellos tiempos se siguen echando las manos a la cabeza con la
musicalidad actual… que quieren que les diga, creo que bastante mejor, pero ya
se sabe, cada uno vive amarrado a su tiempo, supongo que yo diré lo mismo…
El cante de una saeta nos trae escenas tan realistas de los costaleros, los famosos “profesionales” o más bien los que hacían aquello como un trabajo más que una devoción y una afición. En este punto es donde tal vez más me he sorprendió al comprobar la estética de los mismos, la cual difiere bien poco a la que se vive hoy, con colores, con formas de sacos, dimensiones, es decir me he dado cuenta, algo que con el blanco y negro me costaba entender, de que ese fenómeno que tanta tinta critica está derramando en nuestros tiempos ya se llevaba entonces o que hoy se ha recuperado, lo que me deja más claro es que si ellos lo hacían ¿a que vienen los desgarramientos de camisa de los más puristas? Les ve la verdad uno las alpargatas en el video y parece de la Semana Santa pasada pero como tantas veces indica Antonio Santiago, no es el calzado apropiado, ellos lo llevaban porque no existían ni las zapatillas deportivas y porque era lo que podían permitirse. Lo que es una moda es el gorrito blanco, la camiseta hasta la nuez con el escudo tal cual equipación deportiva que nos trajo los ochenta y donde se pusieran los profesionales… La levantá en la Hiniesta, con los antiguos respiraderos decimonónicos y como rompen a andar sin esperar ni un “venga de frente”, entonces eso era otro mundo, otra misión, había que sacarlo y devolverlo y no había dos cuadrillas ni el paso atestado de hombres apretados, ahí abajo es donde los mayordomos o tesoreros ajustaban más las cuentas…
Y no podía faltar el palio de la Señora,
la Esperanza Macarena, emblema cofradiero de la ciudad donde me gustaría destacar
el movimiento del palio, ¡aún más quieto, soso o fijo que hoy! Para aquellos
que dicen que como se movía en los ochenta se ha movido siempre los palios, que
lo de hoy es una moda nueva, pues yo creo que no, que hoy se ha vuelto a la
elegancia que dentro de lo que había se mascaba antiguamente más que hoy, al
final nos vamos a parecer más a los sesenta que al siglo XXI.
Tras este video del que
desconozco su procedencia como para salir en la televisión me encontré en YouTube
el siguiente que ya directamente nos los sitúa en la década de los sesenta. Con
música de fondo y con la calidad más propia del cine de entonces y con el
tiempo algo más acelerado como en la películas de los Lumiere se nos presenta
el misterio de la Sentencia, igualmente con frondoso friso de clavel y su Madre
de la Esperanza donde se acrecienta aún más lo que he dicho en el anterior
video, el movimiento del palio es mucho más estático que el actual. Se nos
muestra al Cristo de la Fundación como si del mismo Jueves Santo pasado se trataste
si no fuera por los llamativos exornos florales por los que está destacando en
los últimos años. Tras esto nos llega Pasión con un ritmo tan acelerado que hoy
día levantaría algún “infarto” y es que como tendrá que pesar ese galeón de
plata y qué pensarían sus profesionales costaleros que ya llevarían seguramente
una cofradía por día a la espaldas. Y Triana se hace presente con un valioso
documento videográfico del Cristo de la Tres Caídas en el antiguo paso hoy en Utrera
y con la disposición trasera bajo mandato arzobispal del centurión a lomos de Calamar,
el caballo de Triana. Pesados pasos los que quedan, el de las Cinco Llagas con
el primitivo crucificado y los grandiosos o populares barcos de la Carretería y
la Exaltación donde solo en el movimiento podemos intuir algún cambio según la época.
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